El monumento al donante ha sido impulsado por una vecina de Estella, Jerusalén Lorea, que tras recibir un trasplante logró apoyos para levantar «una escultura que reconociera de forma permanente a esas personas que han regalado vida sin recibir nada a cambio”
El proyecto ha contado con el apoyo de ALCER NAVARRA, el Ayuntamiento de Estella y la donación voluntario de los propios ciudadanos hasta el momento de la inauguración
Lo que comenzó como el deseo de Jerusalén Lorea, una vecina de Estella trasplantada de riñón, de dar las gracias a su donante, se ha convertido en una escultura de más de 7 metros que rinde homenaje al conjunto de donantes de órganos de todo Navarra. El parque de los Llanos de Estella acoge el primer monumento al donante de la Comunidad foral, que bajo el nombre de “Gracias por dar vida” homenajea la figura del donante de órganos, “un héroe anónimo que, con su acto voluntario y altruista, puede llegar a salvar la vida de hasta 7 personas”. El monumento ha sido diseñado por Daniel Resano y está formada por dos corazones de acero entrelazados “como lo están un donante y su receptor”.
El monumento ha sido fruto del empeño de Jerusalén Lorea, vecina de Estella, que en 2009 recibe un trasplante y entiende que debe a la persona que le donó el riñón una nueva vida libre de la diálisis. Contactó con el Ayuntamiento de Estella y propuso erigir en un espacio público de la ciudad del Ega un monumento que recuerde de manera constante la voluntad el acto altruista de la donación de órganos. El proyecto queda estático durante varios años hasta que a mediados de 2013, Jerusalén y Esteban Aramendía, trasplantado de donante vivo y también vecino de Estella, contactan con ALCER Navarra para retomar el proyecto y reciben el apoyo del consistorio estellés. “Gracias a vuestro altruismo y generosidad. Siempre estaréis en nuestro recuerdo y en nuestro corazón”, recordó en el momento de la inauguración.
Imagen de Diario de Noticias
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