
Afectados por hepatitis C siguen encerrados en dependencias hospitalarias para exigir a Salud que sean tratados “con criterios médicos y no económicos” y que puedan recibir unos nuevos tratamientos que curan la enfermedad con tasas del 90%, si bien tienen un algo coste.
El encierro se llevó a cabo convocado por la Asociación de Enfermos y Trasplantados Hepáticos de Navarra (ATEHNA), la asociación SARE de apoyo a enfermos de VIH/Sida, Comisión ciudadana anti sida y Plataforma NATC. Se producía después de una reunión con Salud en la que se confirmó que Navarra había acatado el dictamen del Gobierno central, que «raciona» los nuevos tratamientos en contra del criterio de los propios hepatólogos. Y después de registrar «casos de personas con cirrosis a los que se les manda a casa sin darles el nuevo tratamiento con un alto riesgo de conducirles al trasplante y personas trasplantadas que se les receta el nuevo tratamiento con uno antiguo, el interferón, una práctica contraria a los especialistas».
Tras el encierro, Vera anunció que Salud dejaría de aplicar el plan de acción del Gobierno central, que ‘raciona’ el uso de los nuevos fármacos en contra de los hepatólogos, agrupados en la Asociación española para el estudio del hígado, y entregó un borrador a los afectados quienes continúan estudiandolo a la espera de una reunión con la consejera. “Se ha acabado el tiempo de las palabras. Es dramático saber que hay un medicamento con una tasa de curación del 90% que no se aplica porque dicen que no hay dinero. No se puede poner en peligro una vida por no ser tratado con la terapia adecuada y tampoco se puede caer en un trasplante de hígado pudiéndose evitar”, explica Antonio García, presidente de Atehna
Pero, ¿por qué tanta controversia sobre esta enfermedad? Aquí van algunas claves
1. La hepatitis C, la enfermedad silenciosa
La hepatitis C es una infección que ataca el hígado y que se reproduce por un virus. No tiene síntomas durante años, hasta el momento en el que causa daños, por lo que se califica como una enfermedad silenciosa. Se contagia a través de la sangre y las principales causas de contagio son las transfusiones realizadas antes de 1991 y compartir jeringuillas. En tres cuartas partes de los casos se convierte en una enfermedad crónica y solo una cuarta parte logra eliminarla de forma natural. En las personas que conviven con la enfermedad se produce una inflamación del hígado, que en casos avanzados evoluciona a una cirrosis.2. Algunas cifras en Navarra
Se trata de la principal epidemia grave de Navarra con unos 6.000 afectados, de los cuales más de la mitad lo desconocen. De todos estos, el 20% se curarán de forma natural y el 80% tendrá una hepatitis crónica. De estos, el 20% -unos 1.200 navarros- evolucionará hacia una cirrosis y tendrá que ser tratado. Si no son curados, podrían progresar hacia una cirrosis, hepatocarcinoma o un trasplante.3. ¿Por qué los afectados no quieren el tratamiento ‘tradicional’?
El único tratamiento que se ha ofrecido hasta 2011 ha sido la combinación de Interferón y Ribavirina, una combinación que no ataca al virus directamente, sino que potencia las defensas del cuerpo contra la hepatitis. Uno de ellos es el Interferón, cuestionado por los afectados por sus efectos secundarios -depresiones, molestias musculares y articulares, fiebre, etc- durante los meses que dura el tratamiento.4. ¿Qué beneficios tienen los nuevos tratamientos?
La lucha contra la enfermedad ha vivido “una revolución” con la salida al mercado de nuevos tratamientos denominados «segunda generación de Antivirales de Acción Directa» (simeprevir y sofosbuvir), que se aplican conjuntamente o con las medicaciones ‘tradicionales’. ¿Por qué son importantes? Porque sí combaten la hepatitis hasta el punto de que elevan la tasa de curación al 90% reduciendo al máximo los efectos secundarios
5. La polémica…¿Tiene lógica ‘racionar’ los nuevos tratamientos?
La controversia surge al decidir a qué personas se ofrecen estos nuevos fármacos que los laboratorios han lanzado al mercado con un alto coste. A través de un plan de acción, el Ministerio de Salud ha limitado su uso en ciertas circunstancias, que englobarían el 17% de los casos más graves. Para ello ha empleado “criterios contrarios a la buena práctica médica”, según la Asociación Española Para el Estudio del Hígado, que engloba al conjunto de profesionales de hepatología, quienes recomiendan a sus asociados que no sigan la guía ministerial que dicta qué terapia debe prescribirse a cada paciente.O dicho de otro modo, «se ha mirado criterios economicos y no médicos», indica Antonio García, presidente de Atehna. «A muchas personas no se les va a tratar con la medicación adecuada y se le va a torturar con un medicamento llamado interferón que provoca múltiples efectos secundarios, en contra de la opinión de los especialistas. Y a otras muchas no se les va a tratar sencillamente porque dicen que no hay dinero, aunque su situación sea ya de cirrosis». A su juicio, «no tiene ninguna lógica económica el racionamiento ya que supone ahorrar hoy un euro para gastar mañana muchos más en un trasplante de hígado».
Días después del encierro, la consejera de Salud, Marta Vera, entregaba a los afectados un nuevo plan de acción aplicado sólo a Navarra quien ampliaba los supuestos. Un borrador que están estudiando y que valorarán cuando tengan una reunión con ella, si bien aprecian mejoras.