
La hepatitis C es una enfermedad «silenciosa», porque no tiene síntomas durante años hasta el momento en el que causa daños, y «silenciada», por «el comportamiento de laboratorios y autoridades que no permiten que los nuevos tratamientos lleguen a todos».“Vivimos un futuro esperanzador con tratamientos revolucionarios y un presente no tanto debido al alto precio que ponen los laboratorios y la visión cortoplacista de las administraciones”, explica Antonio García
Así lo afirma Antonio García, presidente de Atehna, Asociación de Enfermos y Trasplantados Hepáticos de Navarra, que organizó en La Carbonilla, en el barrio pamplonés de la Rochapea, una charla bajo el título «Conocer la hepatitis. Presente y futuro», con el objeto de analizar el presente y futuro de esta enfermedad.
La lucha contra la hepatitis C, explicó, vive uno de los momentos históricos “más importantes”, con la salida al mercado de una nueva generación de medicamentos que no sólo elevan la tasa de curación al 90% sino que además reducen al máximo los efectos secundarios. Sin embargo, su uso está todavía muy limitado debido “al alto precio que ponen los laboratorios” y “la visión cortoplacista de las administraciones de salud, dejando en la estacada a mucha gente que podría verse beneficiada”
Se calcula que la hepatitis C afecta en Navarra a 9.000 personas, más de la mitad de ellos sin diagnosticar, si bien no existe un censo oficial. De ellas unas 1.400 personas evolucionan de forma progresiva hacia una cirrosis por lo que necesitarán ser tratadas. Un colectivo que en el último año ha vivido “una revolución” con la salida al mercado de una nueva generación de Antivirales de Acción Directa (simeprevir y sofosbuvir), medicamentos que atacan al virus directamente. Sin embargo, esa revolución no ha supuesto “una mejor directa del conjunto de personas afectadas” debido a su aplicación compasiva en Navarra, es decir, en los casos más extremos. De esta forma, todavía se sigue utilizando de forma generalizada el tratamiento con interferón, uno de los primeros tratamientos contra la enfermedad que se caracteriza por sus elevados efectos secundarios
“A la hora de tratar este asunto, no se hace exclusivamente desde el punto de vista médico-científico, porque lo que prima es la cuestión presupuestaria, cuando lo que puede estar en juego es la vida de personas”, indica García