
«Hemos estado con todos los estamentos médicos, sanitarios y de Nefrologia para formar a los profesionales, recopilar sus inquietudes, trasladarlas a la administración y presionar para que todos los implicados trabajen en la misma dirección. El trabajo está dando sus frutos»
Manuel Arellano, presidente de ALCER
La comunidad foral ha logrado dar la vuelta a las cifras de donación y trasplante de años pasados, colocándose como la séptima autonomía en este ámbito. En 2014, se detectaron 36 posibles donantes, de los que 5 fueron descartados por contraindicaciones médicas y hubo dos negativas familiares, por lo que el número de donantes reales fue de 29. Unos «buenos» datos que posibilitaron 63 trasplantes de órganos, de los que 40 fueron renales (2 de donante vivo), 19 hepáticos (3 de donante vivo) y 4 de corazón.
Manuel Arellano, presidente de ALCER, valora postiviamente «la solidaridad de la población navarra», así como la labor que la asociación ha realizado en los últimos años para fomentar la donación a través de campañas y el contacto con todos los estamentos implicados. «Hemos estado con todos los estamentos médicos, sanitarios y de Nefrologia para formar a los profesionales, recopilar sus inquietudes, trasladarlas a la administración y presionar para que todos los implicados trabajen en la misma dirección», explica Arellano, quien destaca la labor del coordinador autonómico de trasplantes, Dr. Aldave así como los coordinadores hospitalarios Dr. Elizalde, Dr. Roldán y la enfermera Montse Lorente por buscar «un mejor engrase del sistema sanitario y agilizar el proceso».
Sin embargo, la donación en vivo sigue siendo la asignatura pendiente, una técnica en la que una persona dona parte de un órgano suyo, que posteriormente se regenera. «Echamos de menos que las cifras de donación en vida siguen siendo muy bajas, las mismas desde hace tres años (2 donantes en vida), cuando a nivel nacional suben del orden de un 10-15%. Navarra debería tener unas cifras de donación en vida que rondaran entre los 8/10 donantes en vida». A juicio de Arellano es «vital» fomentar esta técnica a través de campañas formativas y de sensibilización, ya que de esta forma «las cifras de donación no dependerían tan directamente de las personas que pierden su vida en accidentes de tráfico y han decidido donar sus órganos». En este sentido, recuerda que, a día de hoy, en Navarra hay 65 personas en lista de espera para trasplante de riñón, 7 de hígado y 4 cardíaco, cifras ligeramente superiores a las del año anterior.
Los objetivos para el 2015, explica Arellano, «pasan por una consolidación de las cifras, una mejora del trabajo en red en los procesos de donación entre todos los centros navarros y una mejora de información sobre la donación en vida aún desconocida incluso,para muchos pacientes y de su entorno. La formación del paciente para la mejora de su calidad de vida y la de su entorno así como la formación de los profesionales para una mejora en la atención a la persona».